35, por el culo te la hinco

Ayer me hice treinta y cinco pajas. No se como estoy vivo. Puedo probarlo, un notario estuvo presente y puede dar fe de ello.
Tras un largo período de preparación, al final lo he conseguido. Dos meses a base de productos lácteos, y bebidas ricas en azúcar. Mucho ejercicio, cinco pajas al día, excepto los domingos, que caian siete. Y meditación, mucha meditación. Conocerse a uno mismo es esencial para masturbarse treinta y cinco veces en un día. Be water, my friend... y lefa también.
Los últimos quince dias del entrenamiento, no me la tocaba ni para mear, y algo de bromuro que me daba mi preparador (qué cabrón)... por lo que ayer, empecé con ganas.
Las diez primeras fueron bien, la lefa manaba en rios blancos y abundantes. A partir de ahí, empezó la prueba realmente. Y sólo habian transcurrido tres horas, de las veinticuatro que tenia.
Sí, diez pajas en tres horas, QUÉ PASA.
Las cinco siguientes, ya costaron más. Empezaba a cansarme y tardaba mas del doble en llegar al orgasmo. Pero al final, me corría como un caballo (y relinchaba igual).
Sobre la paja 17 ó 18, no recuerdo bien, comencé a necesitar a los masajistas, ya empezaba a notar los músculos de los brazos, muy tensos.
MI PICHA SÓLO LA TOCO YO.
A las 9 horas de empezar, sobre la paja 23, el médico me pidió que descansara un par de horas. Dormí como un bendito hasta el culo de sedantes.
Tras despertarme, lo primero que hice fue hacerme una paja. Tras otras dos, casi seguidas.
Y empezaron los problemas. El médico y su ayudante, comenzaron a rociarme los brazos con reflex. Los dolores eran terribles.
En la paja 28 me tuvieron que poner la mascarilla con oxigeno, y tuve que continuar con ella.
En la 30, el médico, decidió dejarme a mi suerte, tras mi negativa a abandonar la competición. Él dijo no hacerse responsable de mi precaria salud, si seguia.
En la 31, me sucedió algo no corriente. Nunca me habia pasado algo similar: NO TENIA GANAS DE HACERME PAJAS.
Aún así, continué. Con los dos brazos inutilizados por el dolor, y con la picha en carne viva, empecé a frotar mi entrepierna con una almohada. El notario me dió el alto, pues eso no era lo pactado. Si me corría, sin utilizar las manos propias, esa, no valia.
A la 32, entré en un estado alterado de la conciencia. Creo que llegué al nirvana pajil. Aparecieron Buda y Jesucristo, dándose picos en la boca... y me animaron a continuar. Sigmund Freud, me explicó por qué estaba haciendo esto, y por qué debia continuar. Las secretarias del un, dos, tres (recuerdo húmedo, de mi mas tierna infancia), se desnudaban y se magreaban, las unas con las otras... ¿era el nirvana o me estaba volviendo loco? No se la respuesta. El caso, es que, ya no se me ponia dura.
Supongo que cuando terminé la 33, perdí el conocimiento. No estoy seguro. Y tuve dulces sueños, en los que salia la duquesa de Alba, el feo de los hermanos Calatrava, con Mick Jagger y el cantante de Aerosmith.
El médico consiguió reanimarme a base de electroshock. Me metió las placas por el orto, y dió a máxima potencia.
Conseguí hacerme las dos pajas que me quedaban, con el brazo izquierdo... pues en el derecho, tenia el suero.
Me ha costado mucho, pero lo he conseguido.
Esto, se lo estoy dictando a mi fiel amigo Pichadeperro Smith, que siempre estuvo a mi lado y me dió buenos consejos... aparte de brasas inaguantables y discursos infumables. Qué pesado es el tío. A Pichadeperro lego todas mis pertenencias.
Siento que la vida se me escapa... y aún me quedan tantas cosas por hacer... me han dicho, que París, es precioso en primavera... ME HARÉ UNA PAJA.