Muy buenas. Soy Pichadeperro, otra vez. Hoy os voy a contar lo que me pasó el otro día.
Estaba sentado en un banco, en el parque de mi barrio, y apareció un franchute que me dijo:
-Pardon monsieur. No se hablar muy bien su idioma y necesito de su ayuda, pues estoy necesitado.
-Dígame señor. Intentaré ayudarle en lo que pueda.
-¿Podria usted hacerme un pajote con la boca para yo, acto seguido, eyacularle en la cara?
-No podria, usted, haberse expresado mejor en mi amada lengua. Pero debo decirle que no puedo atender su necesidad, pues tengo una muela picada, y me doleria. Pero si, realmente, tiene una necesidad imperiosa, usted, podria fornicarme la nariz. No hay problema.
Y dicho y hecho. Me penetró la fosa izquierda en tres ocasiones, eyaculandome en la faz. Sólo las dos primeras utilizó lubricante.
La última, le pedí, que eyaculase dentro, por favor... y me llenó las fosas nasales de esperma.
Nos dimos los números de teléfono y juró llamarme.
Nos despedimos dándonos un beso en la boca, mientras le arrancaba los cojones con unas tenazas.
Han pasado, ya, tres dias y aún no me ha llamado. Todos los gabachos son iguales... se aprovechan de tí y luego te dejan tirado.
jueves, 17 de junio de 2010
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2 comentarios:
Hostias, el pichadeperro viene bravo últimamente, eh? Pobrecillo, abandonado por un gabacho.
Es usted la leche, señor Basto. Jajajaja. Besote.
jajajajaaj, si es que no se puede ser buen anfitrión...
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