lunes, 29 de junio de 2009

La borrachera más grande de todos los tiempos.

No estoy seguro que fuera la más grande pero, sin duda, es la más grande que merece ser contada.
Un día soleado, en la antigua Grecia, Platón se habia ido de chatos con sus amigos. Pronto le dejaron tirado, pues se estaba poniendo muy pesadito, como de costumbre. Era mal bebedor y faltón como él solo... Parece mentira que, una lengua que apenas podia vocalizar, dijera tantas verdades como puños.
Se conoce que habia bebido varios caldero de vino peleón, cuando se encontró con un guardia civil de paisano. Se le acercó sigilosamente, cual abejaruco cornudo, hasta ponerse nariz contra nariz y, mirandole lascivo a los ojos, le dijo muy bajito: "qué feo eres... hijo puta".
Se alejó de allí, dejando al verde mas rayado que un código de barras, mientras bailaba una jota y cantaba "nos han dejado solos a los de Tudela".
Tras dos horas, ininterrumpidas, de charla filosófica con la estatua de Pericles, le mandó a tomar por orto y se fue al bar de su amigo Pitófanes. Pitófanes era el único que le fiaba por aquel entonces. Por supuesto, en cuanto le vio entrar de esa guisa (llevaba la toga arremangada y se le veian los huevos) le mandó al cuerno. Después de insultarle en repetidas ocasiones, dejó la taberna y tambaleandose, siguió su camino.
Echó tres potas, casi seguidas, mientras gritaba: "ME MUERO... HIJOS DE PUTA".
Consiguió esquivar la vigilancia y entró, sin que le vieran, al templo de Zeus. Ni corto, ni perezoso, se dirigió al altar... y cagó encima. Echó tres buenos ñordos. Utilizando uno de los tres, a modo de lapicero o pincel, escribió en la pared: "Zeus, con cariño. Para todos tus muertos".
Al salir del templo, le capturó la benemérita y le llevaron al cuartel. Los agentes llamaron a su amigo Entocles, para que se hiciera cargo y le llevara a casa. Le pasaron el muerto, pues estaba inaguantable.
En cuanto se descuidó Entocles, se echó a correr, mientras gritaba "CABRONES, NUNCA ME COJEREIS. FIESTA, FIESTA".
Apareció tres dias después, hecho una pena. Lleno de arañazos y golpes... ¿Qué hizo esos tres dias? ¿Dónde estuvo? No lo cuenta, el muy cabrón. Vino apestando a perfume barato y con un clavel en el ojal (en el ojal de atrás).
Continuará... si consigo sacarle algo.

lunes, 22 de junio de 2009

Crónica anunciada de un fin de semana anunciado

Cuatro horas de viaje, en un coche sin aire acondicionado... y un sol a cara de perro.
Al llegar al destino, fuimos al camping. Sólo habia una parcela libre... la única que no tenia césped. Practicamente, todos los vecinos tenian que pasar por nuestro sitio para ir al servicio... un servicio que desprendia unos aromas nada naturales del bosque, pero bastante fecales.
El suelo era firme. Más que firme, duro. Cojones tiene, hasta que clavamos la tienda al suelo. Pura roca volcánica.
Por fin a la playa. Que bien. El agua estaba helada, aun asi, decidimos bañarnos. No llevaba cinco minutos en el mar, cuando noté un retortijón de muerte. Uno de esos, que sabes, que vas a reventar en cualquier momento. Las largas horas siguientes, me las pase cagando en el WC del camping. Entre zurullos y bufos nauseabundos. Sólo dejaba de cagar, cuando notaba que iba a vomitar. Llegó un momento en que la taza no podia tragar mas, ni usando la técnica infalible "cadena-escobilla".
Después de echar, por el orto, todo lo almacenado en semanas, salieron dos cuerdas viejas, de medio metro, y una pintura de cera verde que, creo, perdí hace años en la escuela.
Al salir del tigre, ya era de noche. Nos fuimos al pueblo de al lado, a tomar unas copas, con tan buena suerte que, el único bar que habia, estaba cerrado. Pues a la cama sin sueño.
Nunca he pasado tanto frio, y eso que llevaba un pijama polar.
Al día siguiente, me levanté hecho polvo. Con la espalda reventada, moqueando y con el culo que parecia echaba fuego.
Nos fuimos a la playa. Cualquiera se mete otra vez al agua, y puesto que no habia nada curioso que ver en el pueblo, ni teniamos ni una mísera baraja de cartas, la única solución que quedaba era tomar el sol. Por supuesto, el protector solar nos le habiamos olvidado en casa, y los domingos no abren las tiendas. Me puse rojo como un tomate. Todavia hoy me escuece todo el cuerpo.
El camino de vuelta fue parecido al de ida. Un calor asfixiante... pero nos perdimos y dimos un pequeño rodeo de unos cien kilómetros, por una carreteras infernales, llenas de curvas y baches, que hicieron las delicias de mi estómago... eché lo poco que me quedaba.
Pero por fin llegué a casa. Doy gracias por poder contarlo. Me parece un milagro haber llegado vivo. Pese a todo, ha sido el mejor fin de semana de mi vida y ardo en deseos de volver el año que viene.

lunes, 15 de junio de 2009

Esencia Deci


Ese perfume embriagador... ESENCIA DECI.
Esa delicada fragancia que recordará toda su vida... ESENCIA DECI.
Ese frescor adorable, para una velada romántica... ESENCIA DECI.
Para las grandes ocasiones... ESENCIA DECI.
Para dar un toque de distinción y lujo... ESENCIA DECI.
Para decir, al ser amado: te quiero... ESENCIA DECI.
Para los buenos momentos... ESENCIA DECI... DE CIPOTE. Por supuesto.
Y además, el frasco viene fenomenal para metertelo por el culo.

jueves, 4 de junio de 2009

El razonamiento del milenio

Es un pensamiento que se le escapó a un amigo, el otro día, mientras comprabamos comida en un supermercado. Ni estaba borracho, ni drogado.
Casi me descojono, pero sin malicia, él sabe que soy de risa fácil y que le aprecio. Palabras tan sabias, deben ser de dominio público. Y precisamente por eso, escribo su razonamiento:
"Sobrar, no va a sobrar nada. Pero tenemos de sobra".